miércoles, 11 de diciembre de 2013

Introspección

Regreso a mi mundo es más seguro. 
En el no hay antes ni después, en el no hay mañana...

Regreso a mi mundo es más seguro, 
más pequeño con una estrella, 
una rosa, una lágrima 
y a veces, solo a veces una sonrisa...

De vuelta al camino,
más sabia, más libre,
más sola, pero de vuelta al fin...

Regreso a mi mundo es más seguro...
Afuera no había nada, no había amigos, no había rosas... 
No estaba...
Afuera su figura se diluye, su fuerza me abandona.

Su mirada que me ha encontrado anoche, me ha mostrado
Que allá no es un lugar seguro...

Vuelve, vuelve a tu mundo es más seguro...

jueves, 9 de mayo de 2013

¿Cuántas treguas te has procurado en tu vida?

"Me gustan sus labios, quiero decir el gusto, el modo como se hunden, como se entreabren, como se escapan.
Naturalmente, no es la primera vez que besa.
¿Y eso qué?
Después de todo es un alivio volver a besar en la boca,
con confianza y con cariño.”
La Tregua


Benedetti... No necesita presentación merece leerse cualquier cosa que se encuentre de él.
Es lapidario si de darle al corazón se trata. Me encanta.
El poeta y escritor uruguayo figura latinoamericana en la literatura fue prolífico en la producción de su obra más de ochenta libros traducidos a más de veinte idiomas.

Esta vez leí un género que no le conocía, la novela.

El libro de La Tregua escrito en los años sesenta se desarrolla en un ambiente uruguayo clásico en Montevideo, para ser exactos.

La novela es una maravilla intemporal.
El diario que escribe un hombre solitario de cincuenta años viudo padre de tres hijos jóvenes, próximo a la jubilación es el argumento en síntesis.

Pero la novela es mucho más que eso: Es el gris y la monotonía es el desánimo de un hombre resignado a pasar el resto de su vida sin nada de sobresaltos, es el reproche del tiempo perdido por lo que se hizo y no.
Es el juez de sí mismo que todos nos encontramos alguna vez en en el espejo, al que sobornamos para que nuestra vida no nos parezca tan miserable.
Es el consuelo de tontos.

Es la alteración de la rutinaria existencia de Martín Santomé acostumbrado a la soledad y al aburrimiento, por la aparición de Avellaneda, una joven casi veinte años menor que le devuelve a su vida ese ingrediente de curiosidad de imaginación de romance y de magia que suele iluminar pocas veces o casi nunca la existencia de una persona.

Le devuelve el concepto del amor que ya no consideraba en sus planes. Que tenía olvidado.


"Esta tarde hicimos el amor. Lo hemos hecho tantas veces y sin embargo no lo he registrado. Pero hoy fue algo maravilloso...A veces pienso que Avellaneda es como una horma que se ha instalado en mi pecho y lo está agrandando, lo está poniendo en condiciones adecuadas para sentir cada día más. Lo cierto es que yo ignoraba que tenía en mí esas reservas de ternura. Y no me importa que ésta sea una palabra sin prestigio. Tengo ternura y me siento orgulloso de tenerla. Hasta el deseo se vuelve puro, hasta el acto más definitivamente consagrado al sexo se vuelve casi inmaculado. Pero esa pureza no es mojigatería, no es afectación, no es pretender que sólo apunto al alma. Esa pureza es querer cada centímetro de su piel, es aspirar su olor, es recorrer su vientre, poro a poro. Es llevar el deseo hasta la cumbre.”La Tregua

Santomé, es nuestro protagonista y narrador, muestra una parte de su vida, la que cree que vale la pena compartir, el breve espacio de tiempo donde el hombre experimenta una verdadera felicidad.
Y éste es mi concepto de felicidad, momentos son sólo momentos.

En la Tregua alguien normal del común denominador del mundo, alguien como tú como yo, alguien con defectos tentado por la mediocridad, es capaz durante un lapso de tiempo, de tocar la felicidad y ser el protagonista de una pasión amorosa envidiable.

Esa es la magia de la novela de Benedetti que yo, tú, él o aquel, pudiéramos sentirnos protagonistas reflejados y proyectados en Martín y/o en Avellaneda. Es una novela de emociones no de acciones.

Al leerla pisas la realidad todo el tiempo y te adentras en la nostalgia de tu propio espacio.

¿Cuántas treguas has sentido en tu vida? ¿Cuántos momentos de felicidad tienes para atesorar y subrayar en tu inventario?
¿Cuántas veces te ha llegado el valor de hacer algo que cambie tu condición emocional para sentirte pleno?


“Es evidente que Dios me concedió un destino oscuro. Ni siquiera cruel. Simplemente oscuro. Es evidente que me concedió una tregua.
Al principio, me resistí a creer que eso pudiera ser la felicidad. Me resistí con todas mis fuerzas, después me di por vencido y lo creí. Pero no era la felicidad, era sólo una tregua.”
La Tregua

Avellaneda, la que sabe entregar amor se muere.
Sí. Así es la vida. También es la vida. En el mejor momento con el amor y la ilusión encumbrados en la vida de Martín.
Se esfuma.

Por eso el gran título de la novela. La Tregua. Ahora se lee diferente ¿verdad?

La vida, dios, el destino le dio tregua, esa clase de "chance" que todos pedimos y anhelamos en algún momento, esa clase de "chance" que no sabes cuanto tiempo persista pero que estás consciente de que se está dando.
Esa "chance" que uno mismo se genera para estar en paz para vivir qué no sobrevivir.
Una tregua es una tregua en todos los aspectos de la vida hay que vivirla al máximo hay que distinguirla y también sin duda hay que saber cuando termina.

Porque finalmente era sólo eso un espacio de tiempo que te recargó la fuerza para continuar y seguir creyendo que vale la pena lo que sientes y lo que haces para poder seguir en el juego de "yo te declaro la guerra en nombre de..." todo lo que cada día no nos damos permiso de sentir y construir por buscar una tregua, dos las que puedas!!
Para ti mismo tu entorno y quien a tu alrededor se lo merece.

Se puede se debe estar en pie de lucha por la vida pero para quien la vida no le ha sido y no le es fácil siempre siempre será bienvenida una tregua...




PD.
Ella solo quiere ser la Avellaneda de su vida y él parece no dar una tregua en su vida...( y esto para la niña que me presentó el libro)



viernes, 19 de abril de 2013

El viejo el pez un muchacho y el mar

"—¿Cómo te sientes, pez? —preguntó en voz alta—.
Yo me siento bien, y mi mano izquierda va mejor,
y tengo comida para una noche y un día.
Sigue tirando del bote, pez..."


He leído el libro El Viejo y el mar de Ernest Hemingway dos veces completas, pero en ocasiones cuando lo miro por ahí entre otros el imán a mis manos es inevitable para leer por azar la página que abra.

Este libro es de "vigencia perpetua" por una razón que descubrí la segunda vez que lo leí, nada de lo que había sentido la primera vez estaba presente en esta segunda vuelta por sus letras.

Entonces entendí que esa es la cuestión: el libro del Viejo y el mar puede hablarte de distintas formas, puedes sentirlo de distintas formas todo depende de la percepción que tu mente haga, del estado de emociones por el que atravieses y de las vueltas que la vida te haya acomodado.

El libro es una obra obligada la más famosa para algunos críticos de literatura, de Hemingway, de quien seguí en Cuba a recomendación de un médico del alma y del corazón sus huellas, los lugares donde asistía y todo lo que tuviera que ver con él, incluso caminar por la bahía que hoy lleva su nombre para imaginarlo en aquel lugar escribiendo y describiéndose.

Hay que ir a leer en la pared de la Bodeguita del Medio lo que Ernest Hemingway escribió en inglés: "My mojito in La Bodeguita, My daiquiri in El Floridita."

Yo digo que hay cosas en la vida que van necesariamente juntas y combinan bien.

La biografía de Hemingway la encontramos en internet y vale la pena leerla porque los escritores siempre le imprimen a sus obras un sello personal que tiene que ver con su propia vida.

Encuentro que era hijo de un médico, que perteneció a la llamada "generación perdida" de escritores de la posguerra y esos dolorosos sucesos que lo dejaron casi lisiado como los dos accidentes que extrañamente coinciden en su trayecto hacia Suecia cuando iba a recibir su premio Nobel y no llegó.

Hemingway tenía el gusto por la vida al escribir y su forma llana directa y clara de hacerlo era su manera de mostrarlo.

Creo y este es un punto de vista personal, que sentía ese temor a sufrir a ser incapaz de valerse por sí mismo fuera por enfermedad o vejez. Conozco el concepto. Lo encuentro también en la novela del Viejo y el mar. Ese profundo anhelo de que el cuerpo no limite o no impida los objetivos que te trazas.

Finalmente terminó él mismo con su vida. Dudo mucho que alguien tenga certeza en la causa.
La ceguera que lo amenazaba y que para un escritor era ya la muerte en vida. Tal vez.
Hay que leer a Hemingway para conocerlo.

En mi primer paseo por esta novela tan ágil de digerir, la sensación que me dejó fue de tristeza porque el viejo estaba viejo, estaba solo y no logró el objetivo de volver con una gran pesca.

Se lee más rápido de lo que sentí.
Pero esta segunda vuelta, este segundo encuentro con el libro me dijo mucho más.

Me gusta la forma de escritura, la sencillez con la que Hemingway te mete de lleno en la novela sin mucho preámbulo casi de inmediato.
Los diálogos de Santiago con él mismo son magistralmente escritos. Tenemos extensas descripciones y profundas reflexiones del personaje principal.

Santiago tiene esa rara sabiduría que te da la vida con golpes fuertes y con la vejez, tiene una fortaleza mental inquebrantable a la hora de buscar su objetivo.

Santiago supera al cuerpo anciano constantemente con diálogos internos.

Del joven personaje me queda un gran mensaje de respeto y del amor incondicional.
Es lo que representa la compañía en la vida de un hombre al grado de conmoverse hasta las lágrimas y conmovernos a los lectores por sus acciones y pensamientos.

El pez protagonista al que yo no le concedí importancia antes representa ahora según mi percepción miedos internos, sensaciones, sentimientos, vicios de una persona,
sus lados oscuros y los no tan oscuros.

Creo que la figura del pez y los pensamientos del pescador sobre el pez son como las grandes batallas que se libran en el interior de una persona para resolver algo en la vida.
Son los "desde" y los "hasta" del alma misma.

Lo que piensa siente y dice Santiago del pez y al pez en su travesía atraviesa por procesos de distintas emociones: euforia, culpa, gozo, desánimo y las que cada lector le abona según lo que le despierte al leerla.

"Habrá sido el hambre, llevándolo a la desesperación, o habrá sido algo que lo asustó en la noche? Quizás haya tenido miedo de repente. Pero era un pez tranquilo, tan fuerte, y pareció tan valeroso y confiado... Es extraño"...

"No debo permitirle jamás que se dé cuenta de su fuerza ni de lo que podría hacer si echara "a correr". Si yo fuera él emplearía ahora toda la fuerza y seguiría hasta que algo se rompiera"

Dejo así al pez sin más análisis responder ¿pez estás ahí? o ¿cómo te sientes pez?
Es algo muy íntimo es personal.
El pez es el espejo de Santiago, es Santiago mismo.

Esto es lo extraordinario de leer un libro tan rico en descripciones.

Hemingway que era un enigma por su presencia entre los cubanos, ganador del Pulitzer y Nobel de literatura, medalla que finalmente dejó a la virgen de la Caridad del Cobre en Cuba, se proyectó en esta novela.

La poesía, el misticismo "para arrebatarle al Golfo a una de sus más hermosas criaturas" merece ser leída para entender lo que es una lucha permanente vigorosa y tenaz por sobrevivirte muy a pesar de ti mismo.

El Viejo y el mar tiene que leerse más de una vez hasta que sientas en los labios la sal del mar...
















sábado, 9 de marzo de 2013

De la mano del poeta y su erotismo

"A esa hora en que la luz
se viene encima como una cosa mansa
estrujas
mi mano sobre tu vientre"

Agustín del Rosario, Reencuentros

No soy experta ni tengo el conocimiento. Puedo compartir mi opinión sobre lo que leo únicamente.
Así que leí la trilogía de las 50 sombras de Grey, bueno en realidad leí el primer libro y el tercero, puedo decir que la autora tiene una gran imaginación y es muy buena para describir los escenarios, los momentos de pasión y sadomasoquismo que contiene el libro. Pero me recordó un poco a las novelas de harlequin que por cierto, también leí, cuando la hija de una vecina las puso a la venta en la puerta de su casa; había Julia, Jazmín y Bianca por docenas y a mis diez años no resistí la curiosidad. Los lugares que describían en el otro lado del mundo eran hermosos y los finales siempre eran felices. Las escenas de sexo no eran tan subidas de tono como en las 50 sombras pero eran bastante descriptivas y de erotismo no tenían nada.

Con Grey pasa algo similar. Es sexo en la novela. Está planeado para causar un impacto en mujeres de cierta edad que sexualmente se encuentran reprimidas por diversas causas. Este es su plus comercial. Claro que logra su cometido de excitar pero llega un momento en que te pasas las hojas de tanto sexo y te interesa más saber si el guapo Grey con todos los atributos soñados se "curará" y se quedará con la protagonista. Te hartas de sexo, buscas el romance y la novela concluye en género policíaco.

Para hablar de erotismo habría que conceptualizar la palabra. Los escritores que me gustan no divorcian el amor del erotismo, es más, no conciben uno sin el otro y parten de la sexualidad.
Podríamos hablar de Octavio Paz, de su coincidencia con Platón en conceptos de amor sexualidad y erotismo, porque es un deleite leerlo sintiendo cada palabra en la que forzosamente, pensarás en alguien como un recuerdo o un destinatario. Lo haces involuntariamente pero la dósis de amor va de la mano del deseo y de lo que despierta su lectura.
La poesía y su relación con el erotismo imaginada por Octavio Paz esta inundada de símbolos que llenan los sentidos del lector.
Para Paz el erotismo es exclusivamente humano y esta vinculado con la poesía mientras el sexo, no es exclusivo del ser humano. Paz sumerge en la imaginación convierte el sexo en erotismo, en ceremonia, en amor.

(...)
Tus pechos
maduran bajo mis ojos
Mi pensamiento es más ligero que el aire
Soy real
veo mi vida y mi muerte
El mundo es verdadero
Veo
Habito una transparencia

Contigo, del poemario Hacia el comienzo
Octavio Paz

Creo que el erotismo en la literatura es hermoso, hay autores que desde hace muchos años lo han transmitido en sus obras deliciosamente embelleciendo el lenguaje. Estampan su personalidad hablando de estilos literarios. Tenemos poesías, cartas, novelas. Escritores que en su tiempo causaron polémica abrieron puertas marcaron épocas y son reconocidos por los críticos y expertos hasta nuestros días.
Mención especial para uno de mis consentidos Giullaume Apollinaire a quien Borges definió así: "Apollinaire fue la cosa alada y sagrada del diálogo platónico; el poeta del antiguo coraje y del antiguo honor; fue cuando vacilaron los fundamentos de la tierra y del cielo".
Su libro "Cartas a Lou" para mi es imperdible, realmente llegas a amar a Apollinaire por su lenguaje sencillo atrevido por sus sentimientos elementales. Por sus caligramas que se muestran en el libro. Por el amor que desborda por Lou tan eróticamente.
Tiene una manera excitante de decirle en las cartas lo que le haría de tenerla cerca y sus despedidas son completamente eróticas y amorosas. (Uff diría yo).

Octavio Paz con "La llama doble. Amor y erotismo", "Ladera este" donde incluye "Maithuna", Giovanni Boccaccio con "Decamerón", Vargas Llosa con "Los cuadernos de don Rigoberto" son grandes opciones para leer, estos señores se escriben con mayúsculas y son caballeros del lenguaje, por lo que han logrado y dejado como tesoro en la literatura con Eros como guía e inspiración.

Concluyo: No nos quedemos con las 50 sombras creo que no es un libro que vayas a leer dos veces, creo que yo no lo tomaría como referencia para dedicarle sus letras a alguien que deseas amar, seducir y logres el efecto compartido.

Vayamos mas allá si se trata de apreciar y compartir el erotismo en la literatura.
Busquemos otros autores que te aseguro volverás a leer por el placer de interpretar el lenguaje y la poesía, por la limpieza de la escritura, por las ganas de compartir y dedicar lo que has leído. Me fascina "El erotismo en los poetas" una recopilación de Alejandro Montaño, porque encuentro lo que quiero leer de poesía sensual y erótica de varios autores además clasificados por continentes.
Hay tardes en la vida que realmente merecemos leer y que nos lean de amor y erotismo.

Pd. En imágenes mis favoritos








domingo, 3 de marzo de 2013

Escribir escribir escribir, libera

"Cuán vano es sentarse a escribir cuando aún no te has levantado para vivir"
Henry David Thoreau

Cuando alguien cercano a mi ha pasado por un momento difícil o simplemente las inquietudes se le agolpan en la cabeza repito lo mismo "hay qué escribir".
Creo que lo hago desde los 9 años por imitación primero. Después por gusto.
Alguien me dijo una vez a esa corta edad que lo hacía por liberarse; en ese entonces no lo entendí pero lo puse en práctica a manera de un diario donde relataba lo que pasaba cada día. Con los años volver a leer me permitía identificar el estado de ánimo que pudiera tener en el momento, la sensaciones que había experimentado y el desarrollo de los eventos. Uno comete muchos errores en la vida, a veces leerlos, manda señales de alerta.
Hay algo invaluable a la hora de escribir de lo qué sea cómo sea, eres libre. Libre de leerlo de sentirlo de revivirlo. Libre pues incluso para arrugar la hoja y botarla al cesto de la basura (antes) libre para darle eliminar en la pantalla de la tecnología con la que escribas (ahora).
Libre para sentirte satisfecho de lo escrito y guardarlo como un tesoro.
Las cartas la expresión más pura del diálogo sin interrupciones son para mi, sin duda, de las formas más exquisitas hablando de literatura epistolar pero también son la herramienta para decirle al destinatario lo que sientes y lo que vives. A veces esas cartas no llegan cierto, a veces no se mandan, pero la sensación de comunicarte con una persona para expresarle lo que guardas se vive al momento de ver volar las letras para estamparse en el papel o en la pantalla. Y ¿Quién sabe? A veces, años después, la carta llega a su destino y cierras un círculo.
Hay que escribir hay que conocerse hay que decirse las cosas a través de las letras. Te enfrenta al juez implacable que eres tú mismo. Te lleva a los recuerdos. Te muestra tus sueños.
Sintetizando: Escribe para recordar escribe para entender y escribe para ganar perspectiva. Sólo hazlo.
PD. Mis libros preferidos hablando de cartas los dejo en imágenes










jueves, 21 de febrero de 2013

Sí, pedí que te murieras

 Pedir a gritos en silencio que alguien que amas con todo tu corazón cierre sus ojos y descanse de sufrir.
Lleva días para mi no fue de inmediato. La mitad de mi corazón me veía asustado por primera vez en su vida, cuando durante más de treinta años fui yo la que lo miraba asustada y encontraba la fuerza y el valor en sus ojos.
Durante 40 largos días y sus noches lo vi ahí tendido en la cama de un hospital, dando todo mi reino porque él se levantara y yo estuviera en su lugar. Eso es el amor. Ahora mismo si pudiera me cambiaría por él sin ninguna duda.
Claro! Es la certeza de que él hubiera sentido lo mismo él habría pedido lo mismo que yo. Es la conexión de dos almas que coincidieron en el espacio y en el tiempo para vibrar como solo vibra un padre con su hija.
No se cuantos días llevaba en el hospital, muchos creo, su mirada me decía que no iba a salir de ahí, que ese tiempo era para que empezara a entender que algún día no estaría. Qué ironía la vida quería acostumbrarme a su muerte.
De golpe en un miércoles de esos que llaman de ceniza pedí que se muriera sintiendo culpa, miedo y un profundo dolor que recorre la columna vertebral, parecido a los síntomas de un desmayo.
Con los años puedo decir que sí pedí que murieras y lo volvería hacer. Es una extraña debilidad de no tolerar el sufrimiento de los que amas. Hay personas hechas de otro material en mi caso no pude no puedo con eso. Reafirmo, no me gusta ver sufrir a los que amo.
Sucedió cuando tenía que pasar...muchos momentos quedan grabados de ese tiempo. La familia que se valora más. Mis amigas que estuvieron a un lado y en silencio.
Y aquellos que sin estar (por causas ajenas a su voluntad) eran una fuerza en el corazón. La primera llamada para decirlo.
Esto es algo de lo que pasa en la tarde de la vida...